¿Qué es el crecimiento personal para una mujer ocupada?
La mayoría de nosotras no tiene tiempo para sentarse horas a meditar en silencio, hacer yoga en Bali o escribir 10 páginas al día en un diario de gratitud.
Muchas somos mamás, esposas, hijas, profesionales, cuidadoras, inmigrantes, emprendedoras, trabajadoras incansables… o todo eso junto. Y aún así, queremos crecer, sanar, florecer.
Entonces… ¿qué pasa con las mujeres reales, las que tienen poco tiempo, pero muchas ganas?
¿Dónde queda el crecimiento personal para nosotras?
La buena noticia: no necesitas más tiempo. Solo necesitas más intención.
El crecimiento personal no es algo lejano o complicado.
Es algo que se construye en medio de lo cotidiano:
- En cómo te hablas cuando cometes un error.
- En la decisión de decir que no, cuando siempre decías que sí.
- En elegir perdonarte, incluso si no te sientes lista.
- En levantarte cada mañana, a pesar del cansancio, y decir: “Hoy, un pasito más.”
¿Qué es el crecimiento personal para una mujer ocupada?
Es reconocer que tu valor no depende de cuánto haces, sino de cuánto te respetas.
Es dejar de buscar afuera lo que siempre ha estado dentro.
Es aprender a cuidarte, no desde el ego… sino desde el amor.
No necesitas cambiar toda tu vida para empezar.
Solo necesitas un momento de presencia, una decisión diaria de elegirte, aunque sea por cinco minutos.
Pequeñas prácticas de gran impacto
Aquí tienes algunas ideas simples y poderosas para cultivar tu crecimiento sin dejar de lado tu ritmo de vida:
- Respira consciente mientras te duchas.
En lugar de planear tu día en la cabeza, siente el agua, tu piel, tu cuerpo. Agradece por estar viva. - Elige una frase que te fortalezca cada semana.
Escríbela en un papel, repítela mientras manejas, cocinas o caminas. - Haz una mini revisión nocturna.
Pregúntate: ¿Qué aprendí hoy? ¿Qué me dolió? ¿Qué me hizo sonreír? - Pon límites pequeños pero firmes.
Di “no” a cosas que no te nutren. Incluso si al principio sientes culpa. Eso también es crecer. - Permítete sentir.
No tienes que estar bien todo el tiempo. Llorar también es avanzar.
Recuerda…
“No se trata de ser perfecta.Se trata de ser tú. En medio del caos, en medio de los hijos, del trabajo, de las dudas… Ser tú. Y no soltarte.”
Este camino no requiere que seas otra persona.
Solo requiere que regreses a ti.
Poquito a poco. Con ternura.
Con intención. Con verdad.
Con ganas de no dejarte para después.
Porque sí, querida:
tú también puedes crecer… incluso con la agenda llena.